ID: Wayne Gallaghan.

Comenzando a describirle, no es nada más que un hombre con pocas complicaciones. Podríamos decir que él es un conformista, pero va un poco más allá de ello. No está buscando algo para que le dé sentido a su vida, aun cuando sabe que ésta no lo tiene. Vive conforme el sistema lo dicta, explícitamente no cree que haya un camino distinto al que es conocido y aceptado por lo que su comportamiento es muy recto y aceptable para la persona promedio. De pocos amigos, sí, pues pocos llegan a aguantar una conversación con él... cuando algunos dicen de su persona ser alguien de pocas palabras, simplemente no ha entrado en confianza. ¿Y cuando lo hace? No sería el alma de la fiesta, pero sabrá bromear sin alterar el orden, por supuesto.

Es un hombre muy inteligente, pero no presume de ello, o ni siquiera sabe lo que sabe. Tampoco es quien lee a diario para informarse sobre lo que ocurre a su alrededor, no considera tanto el mundo exterior sino lo limitado que puede ser su vida en la ciudad. No es muy seguido que piense en grande, o más allá de lo que ve. No empatiza muy bien con las personas, ya que él puede no comprender los problemas por los que otros sufren, cuando él ha vivido muy poco como para sentirse o declararse experimentado. Pues que a sus 38 años no ha mantenido una sola relación seria, como puede ser por su muy atrayente personalidad, tiene que ver aquel poco esfuerzo que él pone en conseguir a alguien. Si no busca, tampoco va a encontrar.

De cara a sus conocidos, él es un profesor escueto sin mucho que aportar a la sociedad. Además de repetir teoremas del texto de un libro, es muy reducido lo que vaya a hacer como para que alguien le eche de menos un día falte. Pero no es como si pensar en ello, pues lo ha hecho, le afecte. Él es feliz, a su estilo singular, como si viviese en una burbuja que le aleja de todo, pero también le protege. Cero apasionado como ansioso, se toma todo con calma, su paciencia es eterna. Podría hacer colas de dos días, y ni siquiera pestañear. Aunque contradictoriamente no podría hacerle lo mismo a alguien, tiene un afinado sentido por la puntualidad. Pues de requerirse su presencia a determinada hora, él estaría dos horas antes por cualquier falla. De palabra, una de las pocas virtudes en él, no le pesaría vender un ojo de su cara con tal de cumplir con algo que ha prometido. Aun cuando ésto no sea de su agrado, y odia eso de su persona, el no saber negar favores.

Está por demás decir que es un hombre que confía, abraza y adora a su privacidad puesto que le da mayor libertad para... alocarse; él sería quien disfruta de una fiesta en la que el único invitado sea él, donde emborracharse no importaría pues tiene su cama a pocos metros, donde bailar como poseso está permitido pues nadie está ahí para burlarse de él, pues no tendrá sus complejos, pero puede ser un poco resentido... la mayor parte de bromas, y demás, no las toma tan bien como debería.

Pues en resumidas cuentas, un hombre como cualquier otro, ¿no?

Wayne Andrew Gallaghan. Un hombre que tuvo una vida tan sencilla como puede quererse; su padre un abogado sin mucha suerte en el trabajo, pero conforme lo que hacía. Y su madre una enfermera que no pudo acabar su carrera de medicina, pero con los años en el hospital pudo adquirir la experiencia de uno. Para Wayne, la vida fue escuchar y apoyar a su madre casi a diario, luego de que apenas cuando el chico tenía ocho años, sus padres se separaron en mutuo acuerdo. Pero, para alguien tan despreocupado o estoico como lo fue Wayne, ese episodio nada más fue una etapa en su vida, ya que no se vio afectado de ninguna otra forma.

Con el pasar de los años, él aprendió mucho, pero por su cuenta; en la escuela se exigía de más para enorgullecer a su madre, pues aun recibiendo el apoyo de su papá, las cosas eran difíciles para ellos dos. Wayne era estudioso y aplicado, al menos en su temporada de estudiante de preparatoria pues para cuando tuvo que "dejar el nido", ya se complicó su vida... un poco. Este muchacho fue quien no quiso hablar con su madre sobre haber fallado a propósito las entrevistas con distintas universidad, él simplemente no quería mudarse de casa. Temor a lo desconocido, así lo nombró él. Pues se había encariñado con Bristol, a sus vecinos, a las atracciones de aquella ciudad, y por ello perdió año y medio de estudio... en el cual trabajó momentáneamente en el hospital donde laboraba su madre, al menos se hizo con conocimientos básicos sobre primeros auxilios. Así que como un desperdicio, no fue tanto.

Al menos la mamá habría esperado que el muchacho no quisiera dejar la ciudad por una novia, el amor que le atara a ese lugar, pero no pudo estar más equivocada. Pues en todo momento, él se sintió ajeno a los temas de romance o ligoteo... como si viniese de otro mundo, ni siquiera intentó acercarse a una chica de su edad mientras recibió su estudio medio. Ya para cuando el momento se dio, tuvo que afrontar esa realidad que no quería; pues fue más que suerte, sino su desempeño real en el instiuto que le consiguió un puesto en el cuerpo estudiantil de Yale, aquella universidad con la que muchos llegaron a soñar... menos él. ¿Porqué? Estaba lejos de casa, pero muy cerca en relación a las demás repartidas por el país. No por prestigio, no por el aprendizaje que recibiría, sino meramente por estar lo más cerca posible a su madre.

¿Qué fue de él en la universidad? Primero que todo, estudió derecho, tal y como lo hizo su padre varios, muchos años antes. Y tal vez en los años que un Wayne maduro caminaba por el campus de aquella universidad, que despertó el orgullo de su padre. Pero que no había sido un estudiante estrella, pues aquella carrera escogida fue cosa de azar, él nunca estuvo decidido por nada en su vida... un problema que se manifestó en más ocasiones de las que hubiese querido. Wayne llegó a la ceremonia con pocos amigos, pero los únicos que eran como él,... un poco distantes para el resto, pero de bonachones como él. Ah, y también con la iluminación respecto a su sexualidad. ¿Acaso no se mete en más problemas? Comenzaba apenas. Como era de esperarse, llegó a trabajar con su padre, quien desde hace muchos años vivía en la ciudad de New Haven; viajó poco, salvo a unas cuantas ciudades cuando era realmente requerida su presencia (muletilla de papá), por lo que no se puede decir que disfrutó de sus días como profesional, propiamente dicho.

Era una vida demasiado tranquila, pues cuando por fin pudo llevar un estilo independiente, se permitió frustrarse con sus decisiones, tratar de enmendar errores, darse una mejor vida.  Pues siempre supo que necesitaba una vida distinta, pero nunca supo conceptualizarla. Jamás algo ha estado claro para él.  ¿Qué hizo? Abandonó su profesión, así de sencillo; se instaló de nuevo en la mencionada universidad, pero justamente entonces con mejor cara que antes... pues su ocio en extremo le permitió estudiar cuando no era necesario, la poca vida social dio tiempo para otras actividades... que acabó oficializando en esa universidad hasta conseguir un segundo título, pero con cero relación al anterior. Hizo trabajos como abogado en los años siguientes, para para las cuentas, pero con pocos lujos. Al menos él fue criado como un hombre capaz de mantener ahorros.

Hace no mucho, quizá un año y medio, se tomó unas vacaciones, descanso de todo el trabajo, para visitar a su anciana madre; quien había crecido para convertirse en gruñona, demasiado, incluso con su único hijo. Más Wayne no supo de sus razones, hasta que un día ella dejó de respirar. Una carta que fue entregada a él unos días después del funeral le explicó todo, ella quiso alejarlo para que no sufriera tanto en el día de su partida, un cáncer que les separó de la posible mejor relación entre una madre y su hijo.

¿Qué hizo? Escapó de todo lo conocido, o sea, todo a lo que él temía. Pues abusó de sus ahorros, por primera vez en los tantos años que laboró, para viajar por el mundo, a cualquier lugar que le diese una nueva perspectiva... y por eso visitó muchos, no quería pensar en su mamá, no quería pensar que estaba solo, no quería pensar que ni siquiera hay alguien para él... como lo volvió a encontrar su padre, pues tiene familia aparte. Estaba solo, y siguió estando solo acompañándose de otros turistas, personas de distintas culturas, y podría mencionarse que una de esas culturas fue un crucero para homosexuales... del que actualmente no sabe si arrepentirse o no.

¿Qué es de él ahora? Lleva un par de meses en la ciudad, nadie más que su padre le ha extrañado, pero Wayne lo cree para mejor. New Haven no es nada nuevo, pero al menos un hombre maduro, y con teórica experiencia... debe enfrentar lo que se venga para él. Así pues consiguió un nuevo trabajo, pero en un escenario conocido, como lo fue la universidad que vio más de él de lo que debería. Aunque al menos hizo las amistades adecuadas, para tener una entrada sencilla en lo que ha sido instalarse en el staff de la institución y ser un profesor primerizo, ¿él enseñando? No lo hubiera imaginado.